sábado, 17 de diciembre de 2016

Está de más.

Foto:Jorge Pozuelo

Nunca me he distinguido por ser una persona positiva ni optimista, hasta que la vida te va ofreciendo obligatoriamente el paso de envejecer. No me refiero a la obligatoriedad física de que un día moriremos sino del momento que nos hacemos conscientes de que somos efímeros.
Cuando ves las cosas desde otro punto de vista como las veo yo en esta época de mi vida, me doy cuenta de que las antiguos yugos y tristezas que nos acompañaban no son tan importantes y que las rupturas no son tan dolorosas como las primeras.
Ante los problemas que nos surgen tenemos que sonreír, y no de manera superficial como el que a todo tiene que buscarle el lado positivo sino que se trata de aceptarlo y de no negar lo que esta sucediendo.
Está de más que diga que la extraño, está de más que diga que la quiero, esta de más justificarme de nuevo por querer mal, esta de más que diga que duele la perdida pero es que una vez asumido el duelo, hay que volver a reconstruirse poco a poco para que lo que hoy es un mundo de nubarrones se convierta en un día apacible y quizás, quien sabe, vuelva a salir el sol.
Lo que no pude llevar a cabo antes por miedo quiero hacerlo ahora y con mucho mas valor, porque sé que voy a amar sin límite, a compartir mis sueños, mis metas, viviré tantas aventuras como se pueda, buenos, malos y peores momentos; espero que para eso y tantas otras cosas no sea demasiado tarde para mí.
Ya he aceptado la ridícula idea de no volver a verte.

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