jueves, 25 de agosto de 2011

AÑORANDO EL BLANCO Y NEGRO

Foto:Jorge Pozuelo

Sin motivos aparentes llega.
No existe un porqué en un alma que se vacía de luz.
Dos instantes antes salían de mi boca palabras como "soy una persona afortunada" o "estoy feliz por lo que me está tocando vivir", pero los motivos no importan cuando llega la profunda y oscura tristeza.
Sea donde sea, llega de repente sin llamar a la puerta, sin atisbos de su presencia.
El vacío te ahoga, tu cuerpo se paraliza y tu alma se congela con un frío que estremece.
Recuerdo de joven que quería morir. Hoy lloro. Lloro por dentro deseando que el último suspiro de un segundo se lleve este vacío que viene conmigo desde siempre.
Me paraliza y el blanco y negro echa raíces en mí.
Bien o mal, he esquivado hasta ahora el aleteo destructivo y triste de cada depresión.
Juego como un niño porque vivo en una continua montaña rusa sin tener que pagar ticket. Emocionante cuando estoy arriba y vacío hiriente cuando voy al fondo.
Juego con ventaja.
Mi viaje tiene su destino en el blanco y negro, un lugar donde creo que pertenezco...
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Vuelvo a mirarte aún. Y eres el mismo milagro de ternura y egoísmo, triste y feliz, eterno y pasajero..."

Anónimo dijo...

A veces, nos liamos la vida con un montón de debo, no debo, hacia dónde voy, elijo un camino u otro, por qué hago esto, por qué no lo hago, por qué soy así, por qué no tengo tal cosa...
Camina, con eso basta..

Anónimo dijo...

Todo el mundo camina... Yo te he conocido y mucho. Tu eres tu contradicción Jorge. El blanco y el negro. No dejes que los grises te invadan.