domingo, 19 de septiembre de 2010

Sin salvavidas...

Foto: JorgePozuelo Manglares

Todo comienza desde el curso alto del río, donde el agua emana libre sin rumbo alguno. Voy dando tumbos de un lado para otro hasta que pronto las aguas se moldean dependientes de la orografía del río. Del río de la vida.
Durante el trayecto, me tambaleo por los meandros donde al agua parece que avanza dando vueltas de molinillo.
Los rápidos aparecen cuando el agotamiento es mayúsculo poniendo en tensión todo mi cuerpo. El aire me entra de manera irregular sin saber si habrá otra próxima vez.
Es curioso!_ porque a pesar de todo...me dejo llevar adaptándome e intentando disfrutar del río de la vida.
A lo lejos veo cascadas, rápidos y desniveles. El vértigo se apodera por momentos de mí,  pero como otras veces, me dejaré llevar.
Lo mejor de todo es que no llevo salvavidas...
...por eso llegar al mar en calma será más satisfactorio, si es que existe. Y si nó, moriré siendo parte del río que fluye.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo malo es ahogarse dos veces en el mismo río.
Pero pensándolo; el río cambia, fluye y se transforma… nunca será el mismo río, haces bien en no tener salvavidas. Te deseo que llegues a ese mar en calma donde los rayos de sol te inundaran de alegría.
Muchos bss

Pilar

Anónimo dijo...

El problema de ese río es que cuando ya crees que has pasado todas las cascadas, todos los rápidos, todos los remolinos y por fin ves que estás en la dirección correcta hacia tu meta, aparece un desnivel, que te hace dudar y te hace reflexionar, y sin darte cuenta te quedas estancad@ en medio de un montón de agua sin saber hacia que lado nadar. Por eso siempre es bueno tener a mano un salvavidas que aunque sea solo por UN SEGUNDO te quite esa "Sensación de ahogo" Que se apodera a cada instante de uno mismo.

:-P

Anónimo dijo...

Nadie puede construirse el puente sobre el cual hayas de pasar el río de la vida; nadie ... a no ser tú.

Creo que ahí tienes tu salvavidas así que ... sonríe!!!

pau dijo...

lo importante es dejarse llevar tal vez te encuentres al final del camino el rio o tal vez sea el mar quien decida darte esa calma, pero cualquiera de las dos te hara vivir y crecer asi que no hay motivo para no arriesgar...

Maria Coca dijo...

Trata de disfrutar del balanceo del río sin perder jamás la orilla.

Un relato muy simbólico, junto a una magnífica imagen.

Besos

Gabiprog dijo...

El valor de una vida... Qué unidad de medida más injusta y con tan pocas conversiones...

Cristina dijo...

Una de las cosas realmente grandes es que no tenemos que saber cómo. Lo único que necesitamos es estar dispuestos.

Gran foto y texto!