sábado, 21 de agosto de 2010

Sin querer aprendí...


Me senté en el pupitre trasero observando como uno de esos niños dirigía la clase.
Todos repetían una y otra vez una misma frase. Seguramente era una simple frase de caligrafía en árabe, pero a pesar de no entender nada, cuando salí del aula me dio la sensación que había recibido una gran clase.
Observaba todos sus actos. Les miraba sus ropas rotas, sus pies descalzos y las llagas en sus extremidades.
A pesar de todo ello, ahí estaban. Con afán de aprender. Con afán de tener una vida un poco mas digna.
Uno de ellos se giraba y me observaba continuamente. No se si por la novedad, mi color de piel o por las ropas que llevaba. Yo le sonreía y el se volvía avergonzado, pero no tardaba en mirarme de nuevo.
Ese día aprendí a envidiarles por sus sueños, por su sonrisa y por su felicidad verdadera. Esa felicidad que te da la ignorancia, la cual ellos no confunden con simples antojos o caprichos.
Ese día recibí una de las clases que no olvidare fácilmente...
...ese día sin querer aprendí a ser un poco mas humano.

7 comentarios:

Alejandra dijo...

Woowww se me puso la piel chinita. Tu relato es tan vivido y tan lleno de reflexión. A veces nos volcamos tan solo en nuestra burbuja superficial y nos olvidamos de la VIDA que realmente existe afuera. Gracias por compartir tus clases de humildad.
Besote

Ana dijo...

Bonita manera de aprender, de reflexionar y de mirar desde detrás de un objetivo. Besitos

இலை Bohemia இலை dijo...

toda una lección!!!

Anónimo dijo...

Es facil pensar que nos emos vuelto mas humanos en una situacion como esa...El problema es cuando en nuestro dia a dia nos olvidamos la humanidad mientras que pensamos en nosotros mismos.

A do outro lado da xanela dijo...

Lecciones vitales como esas, se reciben pocas. Pero las que nos llegan, no se olvidan.

Beso!

Maria Coca dijo...

Una lección magistral con una imagen que lo dice todo. Impresionante. Es curioso observar que las lecciones más importantes de la vida las aprendemos sin darnos cuenta...

Un abrazo.

Rosalmor dijo...

Realmente las cosas màs sencillas de la vida son las que siempre nos dejan huella...Esas imagenes so lasquenos dicen màs que mil palabras...un abrazo....