domingo, 9 de mayo de 2010

Se puede esconder el fuego pero no el humo...

 Foto: JorgePozuelo Humo

Me relaja mucho ver el humo entrelazarese hasta perder fuerza en las alturas.
Esos hilos que se funden con el aire haciendo formas caprichosas.
Imagino barcos que van a la deriva, siluetas de mujer que se desvanecen enseñando su figura y sus miedos e imagino problemas que se pierden a su antojo. También veo como el humo se deja llevar adaptandose a las corrientes que le llegan. Y cuanto mas fuerte es la corriente, mas formas caprichosas y bellas adopta sin perder la sonrisa.
Imagino años que se pierden pensando en que algún día se dará el paso.
También a una persona saltando muy alto arriesgandose a caer y sintiendo que empieza a vivir...
...y es que el humo es camaleónico y al igual que la fotografía, da rienda suelta a nuestra imaginación y a nuestros deseos. 

9 comentarios:

Anónimo dijo...

As de corazones: Tus fotos me encantan tus letras me enamoran.
Bss

Rosalmor dijo...

Excelente foto,a mi me encanta ver el humo caprichoso frente a una taza de cafè...o expulsarlo asì como si fuera un oràculo en la noche contemplando la luna... : )

Rosalmor dijo...

Esta imagen me aporta el cuerpo y perfil de una bella dama ; )

Euge dijo...

que momento captaste!!! muy buena foto. me encanta! que bien que escribis nene!!!

A do outro lado da xanela dijo...

...y finalmente, todo se desvanece. Quedando el recuerdo de una esencia.


Beso!

இலை Bohemia இலை dijo...

A mí también me gusta perderme en sus formas...

Gabiprog dijo...

Todos tenemos derecho a nuestras nubes... Y que la imaginación sople.

Maria Coca dijo...

Es cierto. El humo tiene vida propia. A mí me encanta observarlo navegar sobre el aire a su antojo... Me hace soñar, como te ocurre a ti.

Besoss

Anónimo dijo...

El humo es como los besos que nadie espera, si que adquieren formas caprichosas.

Yo la imagino a ella , un quit pro quo: Abrazar y ser abrazada, besar en bienes gananciales, jugar al amor sin dados pero con dedos, pero sin dudas dadas adrede. Pero no resulta, el humo se esfuma.

Por eso ahora se siente derrotada: de vuelta a casa con los labios vacíos, en taxi y no en carroza. Doctorada en cubatas. Suspendida en salivas.