Foto:Jorgepozuelo Discoteca Fantasy -Madrid-
Mientras me intentaba disimular con maquillaje todos tus golpes, retumbaba en mis oídos tus palabras cuando me decías: !!Te pintas igual que una fulana!!
Acto seguido, levanté el brazo para matizar el maquillaje y sentía que el hombro me mataba de dolor. Creo que todavía tengo dislocado algún hueso después de la última paliza. El labio todavía lo tenía hinchado y mis ojos apenas podía abrirlos. Mi última imagen que tenía en la retina era la de mi hija pequeña mirandome sin dejar de llorar y gritar que dejaras de golpearme.
Me puse el vestido rojo de la noche en que te conocí. Cuanta ilusión ciega!!!
Tenía el cuerpo dolorido con el denominador común de tu nombre en cada una de mis heridas, en cada uno de tus palizas.
Has estado apunto de matarme en más de una ocasión, pero hoy por fin salgo a la calle.
Mientras me dirigía al club donde te encontraría, intentaba soportar el dolor que tus huellas habían dejado en mi cuerpo recordando la mirada de mi niña con los ojos empapados en lágrimas.
Allí estabas, rodeado de mujeres con esa sonrisa irónica que nunca perdiste.
Me acerqué y sacando valor del poco orgullo que me habías dejado, te miré y mis labios pronunciaron una frase: !!Hoy golpeo yo!!...
Se oyó solo un disparo.
Salí del local escaleta arriba dejando atrás un pasado oscuro que me mantenía revolcada durante tantos años entre fango y sangre...
...ahora lloraré por tí pero no por tu culpa. Te quiero
6 comentarios:
Muchas historias necesitan un final contundente porque sino se hacen eternas.
Abrazo
Uy el final Te quiero me erizo la piel. Ahhhhh A veces caemos en una espiral enorme y sin darnos cuenta nos perdemos en ella, sin siquiera saber quienes somos y como llegamos ahí.
Besos
Amor Salvaje.Pero de estas tristes historias hay miles.Solo se necesita valor para pasar esa pàgina en nuestras vidas....Un saludo...
La cosa está en que suena a verdad.
Ufff!! Cuánta dureza. Es así, cruel y dura esta situación. Lo has plasmado muy bien y con un final que da mucho que pensar. Me encantó.
¿cuántas historias acaban en callejones sin salida?
ufff... gran relato!
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